domingo, 13 de enero de 2013


UNA MECHA (EN MICHOACÁN)…
¡A SU MECHA!


Juan Manuel Salceda Olivares, el chamancito


El día jueves 29 de Noviembre, en medio de la fría tarde, en algún lugar de otra Morelia, tuvo lugar un evento que, en nuestra opinión, sería importante conocer. La Casa del Estudiante “V. I. Lenin” cerró su jornada político cultural “Basta de Represión; Viva la Resistencia”, que con motivo de su XVIII Aniversario inició el 1º de agosto del presente año.



Varios eventos organizaron, unos en Morelia, otros en algunas comunidades indígenas como: Cherán y “Jardines de la Mintzita” (Morelia); desde eventos artísticos hasta mesas redondas con temas como: “La Defensa del Territorio y Las Resistencias en Defensa de la Madre Tierra”, “Educación Popular y Casas del Estudiante” y, “El Regreso del Régimen Autoritario y Las Resistencias”. Todos los eventos estuvieron planteados en ese tenor, el de la denuncia y la construcción y fortalecimiento de esperanzas.
El evento de clausura fue fundamentalmente significativo por varias razones, y te lo queremos compartir:
a).- Se presentaron tres materiales hechos e impresos en la Casa Lenin por moradores, ex moradores y acompañantes de la misma. Un poemario de un compa ex morador, un libro de otro compa ex morador y el número VI de la Revista Erátseni. Lo significativo no sólo reside en los temas que abordan los materiales, sino también en el modo en que se produjeron, se editaron y se presentaron. Vamos por partes:
El número de la Revista Erátseni, por ejemplo, contiene una decena de artículos que fueron elaborados en el Taller de producción y compartencia de saberes y conocimientos, el cual tiene su origen y es impulsado desde el proyecto (de) Multiversidad de la Vida de Michoacán. Se trata de un espacio cuya asistencia es absolutamente voluntaria y libre, donde no hay un maestro o asesor, sino relaciones horizontales, donde tampoco hay salarios para nadie y donde se busca “desbordar” la escuela. Por eso el nombre que lleva. Quienes participamos en él nos propusimos generar y compartir saberes y conocimientos nacidos de la mente y del corazón; es decir, buscamos, en un primer intento, trabajar temas nacidos del corazón de los pueblos, de la gente y, por lo mismo, útiles para avizorar y andar junto a ellos posibles soluciones. Escribimos, y para ello nos ayudamos entre todos/as, y participamos en la edición de la revista (imprimir, doblar, cortar, engrapar, etc.). La otra parte de la Revista, el rincón del poeta, también es trabajo nacido de un Taller de Creación Literaria “Ala de Colibrí”, el cual tiene más rato caminando y funciona sobre bases similares. Eso hace muy distinto este número de los anteriores, pues aunque en aquellos existe ya la semillita, el número en cuestión constituye el parteaguas.

Sucedió algo parecido con el poemario y el libro. Ambos tocan, desde una óptica crítica y problematizadora, temas vinculados a nuestro “estar en el mundo”, a nuestro “estar en la escuela”, a nuestro rebelde andar. Y lo hacen desafiando los cánones de la epistemología dominante, o, mejor dicho, desafiando los cánones de “la ciencia”. Antes que ceñirse a los convencionalismos del lenguaje y del “método” científicos, o al lenguaje y las reglas del “arte culto”, los autores recurren de nuevo a la vida, a lo anecdótico, a lo irreverente, a lo “irrelevante”, para mostrar que hay otros modos de saber, conocer y compartir palabra; la palabra que nace del corazón, la palabra sincera, la palabra verdadera como la nombró Paulo Freire. Pero, además, los autores, se integraron a la “talacha”, es decir, cocieron libros, los pegaron, les pegaron sus pastas, etc. Todo el trabajo se hizo manualmente, y dicho aprendizaje se los debemos a los compas de Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL), quienes incondicionalmente nos compartieron hace unos años sus saberes respecto a la encuadernación casera.
















Hay más. En la presentación de los materiales, a la inversa de la convención, los autores no dieron palabra, no robaron cámara –porque además ni había ja, ja, ja, ja; y, conste, que si fueron invitadas ¡he!-; quienes reflexionaron y compartieron palabra fueron un comunero de Cherán, Don Chava Campanur, un colono/comunero de “Jardines de la Mintzita”, Don Eliseo Herrera, y un maestro-canta-autor-poeta-pintor (y no sabemos qué más), Don Gildardo Noble.

Un detallito más, los materiales invitan a ser reproducidos sin autorización de nadie, sólo se pide que tal acción no sea para lucrar o hurtar. Es decir, se rechaza de modo firme y explícito la privatización de saberes y conocimientos (copyright) y se busca contribuir “a des-alambrar” la teoría (copyleft). Algo muy significativo, pues no conocemos en Michoacán, por el momento, una iniciativa similar; ojalá esta mecha comience a incendiar la pradera.


Y, ¿qué creen? Sucedió algo más en ese evento, algo que se sale también de los encuadres institucionalizados. Los compañeros/as invitaron de modo especial a algunas comunidades indígenas, colectivos, grupos y personas que conocen la resistencia de los/as Lenin (de Michoacán) y la han acompañado. Entre la participación de los presentadores amenizaron solidariamente una orquesta y un grupo de pireris; la orquesta Uapanekua, de la comunidad indígena de Ihuatzio y los pireris de la comunidad indígena de Nurio. Además, la participación de estos últimos -quienes además de cultivar la tierra y beber pulque y tequila, hacen música y canto-, fue “un regalo de la comunidad” en gratitud al acompañamiento de La Lenin a la misma y al movimiento indígena nacional.

b) Como es de suponerse, arranca –y se inaugura formalmente- un proyecto editorial autogestivo que lleva por nombre La Mecha. El Centro de Estudios de la Casa Lenin que también participa en el impulso de este proyecto, había editado ya un poemario, un libro y cinco números de la Revista referida (La Erátseni), y aunque lo había hecho en parte con recursos propios o recurriendo a Asociaciones Civiles como la Jitajanfora que coordina José Lara en Morelia, Michoacán, no había dado el paso que hoy se atrevió a dar: con escasos y propios recursos editar. Antes los diseños y la hechura de aquellos materiales fueron hechos por profesionales, hoy no, hoy lo hacemos nosotros/as mismos/as, aprendiendo haciendo.
c) Hay un pequeñísimo detalle más. Sentando un precedente sin parangón en la historia de las Casas del Estudiante de esta época (1968-2012), la Casa del Estudiante “V.I. Lenin”, desafiando cualquier tipo de sospecha respecto a su consecuente actuar, inauguró una la Sala de Lectura que será abierta al público en general. Tal espacio lleva por nombre el del poeta “Alberto Portillo Ambriz”, dado que se trata de una de las personas que han sido fieles acompañantes de la resistencia de la Lenin y fue, además, quien donó la biblioteca de su padre, la cual ha sido colocada en dicha sala.


Pero, este hecho ¿Qué tiene de significativo? Mucho, pues constituye otro pasito más en esa lucha por desalambrar la teoría. A la inversa de lo que hace la escuela convencional –en la que está incluida la Universidad- y de la tendencia privatizadora de “la educación” pública, la Casa Lenin abre una especie de biblioteca abierta a todo tipo de público; no se necesita credencial o “etiqueta” para entrar a ella y disfrutar de sus textos.




En hora buena pues, y como por acá dicen cuando la sorpresa, la esperanza y lo (im) posible se hacen el amor, ¡A su mecha!...



1 comentario:

Omar Ángel dijo...

¿Dónde puedo conseguir esas publicaciones? Me interesan mucho.