jueves, 24 de noviembre de 2011

Compañer@s les dejamos esta atenta invitación, para que nos acompañen a rescatar el manantial de la Mintzita, ustedes deben de saber que es el manantial mas importante para nuestra ciudad y que de el depende un 40% de los habitantes de Morelia, sin embargo, las condiciones en que se encuentra son lamentables, nosotr@s hemos estado buscando la forma de limpiarle, lo que estamos consiguiendo a traves de faenas, en las que voluntariamente han asistido no solo compañer@s de nuestra comunidad, sino tambien de otros lugares. Esto los hacemos,  por que sabemos que es responsabilidad de todos el preservar no solo este, sino todo espacio donde aun queda agua. Sea pues, dejamos esta cordial invitacion:



lunes, 14 de noviembre de 2011


Compañeros, compañeras, aqui les dejamos la siguiente parte de nuestra historia, de como hemos ido caminando en este intento de construir comunidad, y a los retos que nos hemos enfrentado por ello, vaya pues otra parte de lo que es NUESTRA COMUNIDAD ECOLOGICA "JARDINES DE LA MINTZITA"

II Y ULTIMA PARTE


¿Quiénes la conforman?

Está conformada por todo lo que comprende su territorio, alrededor de 20 hectáreas, y el poblado mismo. Éste lo conformamos alrededor de 55 familias, en su mayoría migrantes, que provenimos de distintas comunidades de Michoacán –las más venimos de comunidades indígenas-; las familias las integramos gente humilde, con valores y que caminamos en un continuo proceso de des-aprendizaje y nuevo aprendizaje;  queremos defender este proyecto de vida, por eso decimos que la única ambición que tenemos es vivir en un pedacito del planeta sano y contagiar a otros y otras para que a sus modos y a sus posibilidades intenten algo similar, ya que nuestra Madre Tierra clama justicia. Somos, pues, cada vez más conscientes de que “La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella”; luego entonces, lo único que queremos es transformarnos en sus guardianes, en los/as guerreros/as de la Madre Tierra.


¿Qué actividades ecológicas se realizan en la Comunidad?

Son muchas y diversas las actividades, pero todas están unidas por un eje que consideramos central: des-aprender y de-construir el modo de vida que la mayoría de la gente del mundo de hoy sigue, y comenzar a nacer otra vez, comenzar a aprender a vivir de otra manera, una que tenga por base el franco respeto a la Madre Tierra, a todo lo que hay en ella y a todas las personas. Es decir, nosotros/as pensamos que plantearse un proyecto de vida ecológica implica inevitablemente cuestionar el modo de vida capitalista y asumir el serio compromiso de intentar reconstruir los lazos sociales desde una perspectiva anti sistémica y anticapitalista. Veamos qué y cómo lo estamos haciendo.


1.- Estamos construyendo escuela en un sentido no convencional, pues la escuela es nuestra comunidad en resistencia; la comunidad entendida, al mismo tiempo, no como algo acabado, sino abierto, que se construye o reconstruye día a día; la comunidad entendida como un proceso. Es decir, al reconstruirnos como comunidad estamos haciendo escuela. Somos gente en movimiento y el movimiento es escuela; o, como dicen varias compañeras de la comunidad, “una escuela más humana”. Vamos a ilustrar este modo de hacer escuela:

En los eventos públicos, en las actividades comunitarias, en los convivios y en la vida cotidiana de cada una de nuestras familias estamos evitando al máximo usar plásticos y desechables, y cuando usamos un poco de ellos procuramos re-usarlos. Separamos la basura, la mayoría hacemos compostas con los desperdicios orgánicos o alimentamos animales domésticos con ellos; la otra basura, por lo menos la que más se puede separar,  la vendemos y estamos aprendiendo a re-usarla; evitamos quemarla a fin de reducir la contaminación y no contribuir al calentamiento global. Continuamente en los espacios de reflexión que nuestra comunidad en resistencia va construyendo, pensamos y re-pensamos los por qué’s de eso que estamos haciendo respecto a los desechos y el consumo, de tal modo que la mayoría de los que por ahora hemos reafirmado abiertamente el compromiso con el proyecto ecológico, vamos comprendiendo que ese es un modo de manifestar un sincero y apremiante respeto a la Madre Tierra, de no agredirla, ya que con ello buscamos reducir la generación de basura y la contaminación de la Pachamama; es -más allá de la expropiación que las trasnacionales, los gobiernos y los poderosos intentan de estos haceres-, buscar construir otros modos de relacionarnos con nuestra Casa Grande y/o nuestra Madre Tierra.

En ese mismo sentido, caminamos por la senda de la reflexión en torno al consumismo, y vamos poco a poco entendiendo que en este reside una de las causas principales de la generación de tanto desecho. Pero, además, vamos comprendiendo que la mayor parte de lo que compramos es comida chatarra, la cual, además de que contamina nuestro entorno, afecta nuestra salud, por lo que estamos haciendo el esfuerzo de evitarla. Hace unos meses, incluso, veníamos trabajando un taller de tratamiento y reciclado de la basura, con la asesoría de una compañera estudiante de biología de la Universidad Michoacana; ahorita está parado ese taller, ya que por un lado la compañera tuvo dificultades personales y, por el otro, nuestro proceso entró a una etapa de confrontación que de algún modo afectó algunas de las actividades que veníamos desarrollando. La idea es continuar ese taller, pues a través de él algunos/as aprendimos o reforzamos nuestro aprendizaje sobre la importancia de separar la basura, de no quemarla y de la realización de compostas, a través de las cuales producimos abonos orgánicos para nuestros huertos botánicos, de hortalizas y verduras.

Realizamos faenas para resolver necesidades comunitarias, pero también para mantener limpio nuestro territorio y el manantial/laguna, o para conservar la flora y la fauna que hay en los mismos. De esa manera reforzamos lo aprendido y/o aprendemos a resolver juntos nuestros problemas sin depender de gobiernos, empresas y fundaciones; de ese modo caminamos en la re-construcción de lazos sociales no capitalistas. Sumado a ello, comenzamos a tratar, a ver y a sentir de un modo distinto a la Madre Tierra y lo que en ella hay.

La forma en que tomamos acuerdos es en Asamblea y procuramos que los mismos se alcancen a través del consenso, pues consideramos que lo fundamental es cuidar y fortalecer la comunidad –de la que cada uno/a de nosotros/as es parte fundamental-. El consenso nos obliga a reflexionar-nos hasta encontrar soluciones que convengan a todos/as. El modo en que operamos los acuerdos es a través de comisiones. Con el rescate de la Asamblea y el consenso estamos continuamente aprendiendo a ser, de nuevo, personas no individuos modernos –atomizados, fragmentados, egoístas, conflictivos, etc.-; a través de ellos vamos recuperando y alimentando nuestra capacidad  y nuestro derecho a pensar-nos y a decidir como comunidad las rutas que queremos andar.

Realizamos una buena cantidad de talleres en los cuales buscamos, entre otras cosas, aplicar una cosmovisión distinta del aprender. Por ejemplo, en ellos los que fungen como “maestros” o coordinadores no tienen en absoluto que mostrar título alguno para compartir sus saberes; en ellos se busca ir al paso del más lento, no a la inversa; son talleres prácticos, entendiendo que la práctica está conformada también por una parte “teórica” y técnica, es decir, no hay divorcio y menos pelea entre teoría y práctica, más bien como anotan los/as hermamos/as zapatistas, nuestra meta-teoría es la práctica; el respeto y la convivencia sana son la regla; etc. Más delante profundizaremos un poquito más en ello. Agregar que, por citar un caso más, desde hace como un año venimos también impulsando un cine-debate semanal, fundamentalmente con los/as niños/as, en el que el tema central ha sido las relaciones sociales capitalistas y su impacto devastador en la Madre Tierra, es decir, la crisis ecológica planetaria.

Insistimos, todo nuestro proceso de resistencia es escuela. Veamos rápidamente qué más hacemos y que significados tiene para nosotros/as.

2.- Como un modo de caminar hacia la autonomía y la autogestión, trabajamos las ecotecnias:

I).- La gran mayoría de las familias tenemos baño ecológico (seco-compostero), y lo    tenemos funcionando. De esa manera, y dado que estos baños no requieren agua para su funcionamiento, no hacemos mal uso de ésta y tampoco la contaminamos, ya que el drenaje resulta completamente prescindible en estos casos. Además, del baño obtenemos abono orgánico para los huertos familiares o los árboles de sombra y frutales. Es importante señalar que nosotros/as mismo/as fabricamos las tazas separadoras y lo aprendimos en un taller que se organizó en nuestra comunidad.
II).-De igual manera, la mayoría de familias cuenta con cisterna de ferrocemento y muchas de ellas con el sistema hechizo de captación de aguas pluviales; en la temporada de “secas” compramos el agua y la almacenamos en ellas. Eso nos obliga a hacer buen uso del líquido vital y a re-utilizarlo en los huertos familiares.
III).-Algunas familias cuentan ya con estufas Lorena. Con ellas buscamos reducir el consumo de leña, aminorar el gasto y la dependencia del consumo de gas, aminorar los daños a la salud y mejorar la calidad y el sabor de nuestros alimentos, entre otras.
IV).-Algunas otras familias han ensayado la construcción de viviendas ecológicas y ecotecnias como calentadores solares, sistemas de tratamiento de aguas grises caseros, generación de luz a través de tecnologías solares y lombricompostas.

3).- Como tangencialmente se viene mencionando, impulsamos la agricultura orgánica familiar y comunitaria y la cría de animales de traspatio:

A).-Varias de las familias tienen ya una pequeña producción de verduras, hortalizas y frutales e, incluso, algunas van ya construyendo su jardín botánico. Casi la mayoría siembra su respectiva milpita de maíz, frijol y calabaza de temporal. En tales labores se evita usar abonos químicos, insecticidas, plaguicidas y herbicidas; con ello buscamos la auto sustentabilidad de las familias y re-hacer nuestras relaciones con la Madre Tierra; de modo particular evitamos participar en el envenenamiento del agua del manantial-laguna de la Mintzita que se encuentra al lado sur-oriental de nuestra comunidad y que es el segundo en importancia en todo el estado de Michoacán. También, de ese modo nos negamos a ser partícipes del envenenamiento de los suelos y del aire, y de las consecuencias que todo ello conlleva.

B).-La mayoría tiene animalitos de traspatio como gallinas, patos, guajolotes, conejos o puercos; tres familias, por ejemplo, sostienen unas modestas granjas de producción de conejo. Esto apunta, igual que el anterior, a construir una comunidad autosustentable, lo cual supone un rompimiento con las dependencias, la inutilidad y la pérdida de control de nuestras vidas a que nos somete el sistema de relaciones sociales aún imperante.

C).-El año próximo pasado recuperamos una de las experiencias que ya se habían vivido en el pasado inmediato en nuestro proceso de resistencia: la milpa comunitaria. Con ello, además de fortalecer el proceso de re-construir y re-inventar una forma respetuosa de relacionarnos con la Madre Tierra, pretendemos afianzar los lazos sociales comunitarios no capitalistas.

4.- Como ya anotábamos anteriormente, casi todos los días tenemos talleres, por ejemplo,

I).-Los talleres de guitarra y de danza indígena, con los cuales, además de buscar y construir otras maneras de aprender, nos proponemos contribuir a desarrollar la sensibilidad de las personas y a fortalecer el proceso de re-construcción de lazos sociales no capitalistas. Los compañeros que coordinan, por ejemplo y, además de lo ya anotado párrafos arriba, no cobran por compartir sus saberes respectivos; los que integran ambos talleres son de distintas edades; el taller de danza indígena, por ejemplo, lucha contra la folklorización de las representaciones simbólicas de los pueblos indígenas y contribuye al re-conocimiento de nuestro pasado; ambos, el de guitarra y el de danza, son, también, curativos, en el sentido de que nos ayudan a limpiar nuestros cuerpos y nuestras almas del cúmulo de porquerías que agarramos al estar diariamente conviviendo dentro de un sistema de relaciones sociales enfermizo (sociedades capitalistas); etc.

Como primer resultado visible, la comunidad cuenta ya con un grupo de cuerdas  y un grupo de danza indígena.

II).-Contamos con un taller de artesanías de tule y materiales de la región, pues hay mucho tule en la laguna de la Mintzita, lo mismo que carrizo y otros materiales, y requiere que se apoden permanentemente; de ese modo contribuimos a la conservación del manantial y de la laguna. Con él (con el taller), además de hacer escuela no convencional, también caminamos rumbo a la autosustentabilidad de las familias y comunitaria. En este mismo tenor, contamos con un taller de costura y uno de pan; con éste segundo, además de proponernos compartir y aprender juntos, nos proponemos contribuir al rescate del control sobre lo que comemos, por eso en él se produce caseramente pan sano y nutritivo, ahorita solo elaboramos pan integral.

III).-Contamos con un taller de medicina alternativa y un Jardín Botánico comunitario; estamos promoviendo también que cada una de las familias cuente, al mismo tiempo, con su jardín botánico. La idea es caminar hacia la desmedicalización de nuestra salud, pues, además de que esa manera de –supuestamente- curarnos es muy costosa, es también muy dañina, ya que su fin último no son las personas, sino el lucro. Cuando no lo engañan a uno con “mejoralitos”, le curan supuestamente una enfermedad y le provocan otras; de ese modo las empresas farmacéuticas y todo el sistema médico, de salud y de gobierno nos esclavizan en un círculo vicioso del que difícilmente logramos salir quienes caemos en él. Por eso, con tales actividades buscamos volver a la sabiduría de nuestros antepasados y a lo que la Madre Tierra nos ofrece generosamente.


5.- Las actividades comunitarias a favor de la defensa y cuidado de nuestro territorio son varias y diversas, la mayoría de ellas las realizamos en faena, aunque no exclusivamente.

Por ejemplo, realizamos faenas en el manantial y la laguna para sacar el lirio y otras plantas que se expanden excesivamente debido a la contaminación del agua; tal exceso de plantas, al igual que el tule y el carrizo rompen el equilibrio natural y afectan el ecosistema, lo cual nos preocupa mucho ya que de allí tomamos agua nosotros/as y, por lo que sabemos, entre cuatro y cinco de cada diez habitantes de Morelia dependen de ese manantial.

Llevamos a cabo, también faenas para recoger la basura en nuestro territorio y en el manantial-laguna de la Mintzita, que las personas externas o visitantes tiran en la mayoría de los casos; del mismo modo, hemos hecho cada año faenas para preservar y rehabilitar el zapote prieto, planta frutal endémica de la zona y en peligro de extinción.

También realizamos faenas para reforestar. Además, estamos al pendiente y vigilando que ya no se saque piedra, pues con ello se tiende a destruir la composición natural de los suelos y se afecta a los escurrideros del manantial.

Por otro lado, venimos insistiendo en que no construyamos nuestras viviendas con materiales convencionales como cemento, ladrillo y varilla; esa insistencia la veníamos argumentando a través de un espacio de reflexión que se abrió en las asambleas. Y, en su lugar, estamos proponiendo la construcción de nuestras casas manteniendo el respeto a la Madre Tierra y a la salud y bienestar de nuestras familias.


6.- También, y de modo embrionario, venimos construyendo un mercadito no capitalista en el sentido de que cuidamos vender objetos saludables y comida higiénica y nutritiva y, a precios justos; la lógica que lo organiza no es el lucro, no es la ganancia y la acumulación de riqueza. La lógica que lo organiza es la construcción de una economía solidaria que nos permita compartir y completar nuestra autosustentabilidad. Además de ser escuela, porque a través de él estamos aprendiendo a cooperar, pues quien lo impulsa y lo sostiene es una cooperativa que recientemente formamos, es también un formidable espacio que nos permite reconstruir y reinventar constantemente a nuestra comunidad.


7.- Finalmente, y aunque pareciera que nada tiene que ver con la pregunta, hemos de compartir que en estos momentos sostenemos un pleito legal con 8 personas que se pretenden dueñas del territorio.

Desde el mes de abril del año en curso, 15 familias antepusimos ante la justicia federal una demanda de amparo contra el juez que dictó sentencia a favor de esas ocho personas, sin considerar ni escuchar a la gente que conformamos la Comunidad Ecológica Jardines de la Mintzita, conocida también como La Alberca y Potrero de la Alberca. Esto tiene mucho que ver con la pregunta porque el pleito con esas gentes tiene una causa central: el proyecto de comunidad ecológica. Es decir, esas ocho personas son, en lo fundamental, especuladores de tierras, por lo que su propósito principal es lucrar con nuestro territorio y con nosotros/as. Y están peleando las tierras con tal fiereza por una simple razón: al lado sur-oriental de nuestro territorio se encuentra el segundo manantial-laguna más importante de Michoacán, y sobre él tienen bien puestas sus miradas las grandes empresas del ecoturismo y de la construcción; por eso, el gobierno de supuesta izquierda, liderado por el perredista Lázaro Cárdenas Batel, decretó en 2005 un Área Natural Protegida, pues de ese modo se les comenzó a abrir brecha a los dueños del dinero para lucrar con espacios sagrados como el que resguardamos. Entonces, para los especuladores de tierra –encabezados por Bladimir Cortes Dimas y los abogados José Luis Zavala Gasca y Roberto A. Bueno Sánchez-, con los que sostenemos el pleito, apropiarse de esas tierras es entrarle a uno de los negocios más redituables del siglo: el ecoturismo, o lo que es lo mismo, lucrar con la crisis ambiental planetaria.

Vale compartir que hasta ahora el plan de esos ocho especuladores se sintetiza del siguiente modo: amontonar a la gente y con ella formar una colonia convencional, o en el peor de los casos, el despojo y el desalojo, que les permita apropiarse de la mayor parte o de todo del territorio a fin de venderlo o rentarlo a las susodichas empresas para que construyan su parque eco turístico y una colonia residencial “ecológica”(?). Vale comentar también que, aunque ellos legalmente están negando la existencia de nuestra comunidad ecológica Jardines de la Mintzita, están -al mismo tiempo- comenzando a usar de nuevo la bandera ecológica para contrarrestar nuestra humilde, honesta y firme resistencia ecológica y anti-capitalista. Con ello pretenden, desde luego, confundir a nuestros/as compañeros/as y confundir, y tal vez neutralizar, a la opinión pública.

El pleito legal supone, pues y en síntesis, otro frente en defensa del territorio, del territorio del que somos guardianes los habitantes de la Comunidad Ecológica Jardines de la Mintzita.

¿Han sido reprimidos por fundar la comunidad?

Hemos vivido la represión desde que iniciamos y seguimos viviéndola, ya que somos un mal ejemplo para el Estado y los señores del dinero. Consideramos que hasta ahora la indiferencia hipócritamente interesada ha sido la característica central de la postura de los gobiernos frente a nuestra problemática y la problemática que enfrenta el manantial-laguna de la Mintzita. Antes que proteger la vida, el Estado parece proteger la muerte, pues, por ejemplo, aprobó la renovación de la concesión a la empresa papelera de los Kimberly-Clarck y Grupo Papelero Scribe, antes CRISOBA y CEPAMISA –localizada al lado noreste de la Laguna-, la cual, además de devastar nuestros bosques, consume la mayor parte del agua del referido manantial y la regresa putrefacta al mismo afluente. Y vaya paradojas y absurdos de esta vida, la última noticia que nos ha llegado es que dicha empresa tiene el proyecto de comenzar a convertirse en “ecológica”, ¿alguien puede imaginar eso; habrá quien les crea?

Un ejemplo más reciente de la actitud de los gobiernos frente a nosotros/as y el territorio que resguardamos: por presiones de una poderosa empresa michoacana de la construcción el gobierno municipal encabezado por el ahora candidato priista a la gubernatura, Fausto Vallejo Figueroa, modificó en 2010 el Plan de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Morelia del 2004 que contemplaba todo nuestro territorio –el de Jardines de la Mintzita- como Reserva Ecológica Urbana, y qué él, siendo presidente municipal lo había aprobado y con una perspectiva de futuro de 20 años; con el nuevo Plan que impuso la innombrable empresa, a través del segundo mandato de Vallejo Figueroa, parte de nuestro territorio lo declaran apto para vivienda –a pesar, incluso de que está dentro de la zona de amortiguamiento de la ANP de la Mintzita-.

Ahora bien, a lo interno -y como ya decíamos en la respuesta a la pregunta anterior-, el sistema capitalista se ve personificado en los especuladores que se quieren apropiar del territorio. Esas personas, Bladimir Cortes Dimas, Prof. del SNTE Leopoldo Romero Ávalos, Carlos Girón Pérez, Clementina Martha Gaona Villaseñor, Ma. Trinidad Martínez Bermúdez, Yolanda López Martínez, Severiano Martínez Pérez, Ramiro Núñez… y sus abogados, José Luis Zavala Gasca y Roberto Antonio Bueno Sánchez,  en un principio fueron gente que llegaron como cualquiera de nosotros/as a participar en la resistencia, la asamblea les dio la comisión para que la representaran en el aspecto legal, pero una vez que se ganó el juicio ellos/as resultaron ser los únicos/as dueños/as de las tierras. Ellos/as desde siempre, y más cínicamente en la etapa final del juicio -cuando sentían acariciar en sus manos el “triunfo”- se rigieron por el uso de la mentira, el chantaje, la amenaza y el miedo a fin de mantener controlada a la gente y a la asamblea. Por eso decimos que la represión la vivimos desde el inicio ya que unos u otros de los que se erigieron en líderes estuvieron siempre humillándonos, amenazándonos, chantajeándonos, mintiéndonos y utilizándonos; y esas son formas de represión ya que tienden a cosificar a las personas.

Ahora, la represión está a la orden del día. En 2009 fastidiados de ese trato humillante un grupo de compañeros se organizaron discretamente e intentaron arrebatarles el Comité, pues vale señalar que ellos, los especuladores ya nombrados, no contentos con la representación que en el terreno legal les confió la Asamblea, buscaron amañadamente apropiarse de la representación total y lo consiguieron; entones, en aquel año, 2009, ese grupo de compañeros logró separar la representación legal del total de la representación y consiguió que el nuevo Comité comunal estuviera encabezado por un habitante de la comunidad, pues es de mencionar que las personas que designamos “especuladores de tierra” ninguna, excepto una que estuvo por un tiempo, ha vivido en la comunidad. A partir de entonces, esos especuladores se dedicaron a obstaculizar el trabajo, ya que algunos/as de ellos/as siguieron formando parte del Comité. Su primera estrategia fue hacer el vacío y mostrarle a la Asamblea como ningún/a miembro/a de la misma podría representar, sólo ellos/as, los multicitados especuladores. El compañero que estaba al frente es un compañero comunero que apenas llegó a tercero de primaria, además poseía poca experiencia en cuestiones de cargos de representación comunitaria, y por ahí intentaron buscar su renuncia. En las Asambleas se burlaban de él porque, decían, “ni el acta sabe levantar”[1], y lo provocaban sistemáticamente a fin de que la asamblea se convirtiera en un pleito casero. De ese modo se proponían lograr el acuerdo de destituirlo “por inepto” y, al mismo tiempo, comenzar a desaparecer la Asamblea, ya que –argumentaban- para ir a ella a escuchar “chismes de comadre” no tenía ningún sentido.

No les funcionó su estrategia, ya que algunos compañeros nuestros “tienen letra”; ellos apoyaron en la labor de levantar actas y a contrarrestar la intentona. Luego que se dieron cuenta del fallo en su estrategia, intentaron actuar por varios frentes: a) Bladimir Dimas buscó sobornar al compañero presidente del Comité, “ayúdame con la gente y te va ir mejor a ti” –fue la propuesta-, sin embargo, no lo consiguió; b) Los que formaban parte del Comité intentaron regresar a él, reclamaron sus “puestos” para desde ahí comenzar a re-tomar el control. Tampoco les funcionó, ya que cuando intentaron hacerlo su periodo en funciones había concluido y la inconformidad de la gente era ya muy visible y firme. En la re-estructuración del Comité, a finales de 2010 y principios de 2011, quedaron completamente fuera.

La tensión era ya insoportable y la Asamblea la venían convirtiendo en un espectáculo. La asamblea exigía información clara y seguido les reprendía su modo inadecuado de tratar a la gente; sin embargo, ellos, los ya multicitados, continuaron empecinados en imponer su plan de lucro. Como bien afirma una compañera, “les interesa más el brillo del metal que el del sol”. Llegaban siempre a echar bronca, a acusar y a amenazar. Por ejemplo, cuando en diciembre de 2010 dieron la noticia de que el juicio se había ganado, llegaron con pistoleros a la Asamblea. Intentaron negociar, pero indispuestos completamente a modificar su plan; fue mero mecanismo para confundir a los/as compañeros/as y ganar tiempo. Fue entonces cuando 15 familias decidimos un ¡Ya basta! definitivo y solicitamos amparo ante la justicia federal.

¿Por qué soportamos tanto tiempo y el ¡ya basta! lo damos a diez años de distancia? Creemos que se debe a que la mayoría pensamos y actuamos como capitalistas, aunque nos estemos muriendo de hambre. Una de las características del hombre moderno capitalista es el pragmatismo y/o “la comodidad”, la tendencia a transformar la condición parasitaria en virtud. El “no te metas en problemas, puedes perder tu lote” ha jugado un papel trascendental en la indiferencia que todavía varias familias sostienen y en ese absurdo de soportar cualquier cosa.

A partir de allí la tensión ha ido en aumento. Primero nos cerraron la Casa Comunal, en la cual llevábamos a cabo las Asambleas, los talleres y los eventos; luego, comenzaron a mover a la gente con sus cacitas y los obligaron a clausurar calles y a ocupar terrenos de otros compañeros/as o a ocupar espacios públicos, como la cancha de futbol; en seguida, han estado llevando a la gente que aún los sigue a cercar las entradas de la Comunidad, pues ellos sostienen que se trata de predios de su propiedad, no de una comunidad o colonia, y que la gente que allí vivimos somos sus parientes, ¡vaya chiste tan de mal gusto! Al mismo tiempo, usan el rumor y la mentira para mantener el control de la gente que los sigue, pero también la amenaza y el chantaje contra ella. Contra nosotros/as han llegado a usar a sus pistoleros para ir a nuestras casas a amenazarnos de muerte con pistola en mano, sin importar la presencia de niños/as y mujeres.

Como decíamos en la respuesta a la pregunta anterior, ahora están usando la estrategia de arrebatar la bandera ecológica para utilizarla a fin de contrarrestar nuestra franca y noble resistencia. Están haciendo casi todo lo que hace unos meses rechazaron y desdeñaron: asambleas, faenas, faenas para cuidar el zapote prieto, talleres, etc. Es parte de su naturaleza, usar la mentira para golpear, para golpearnos. Pero como bien señala una de nuestras compañeras,  “son ignorantes que no escuchan los gritos de auxilio que nuestra Madre Tierra pide a cada instante; cada cambio climático –por ejemplo- genera desequilibrios y, éstos a su vez, muerte. Esos son los gritos de nuestro planeta que ya no aguanta más, nuestra especie es la que está generando tanta destrucción”. Por eso, aunque ellos intentan pararnos saboteando, mintiendo y amenazando, “no podrán derribar nuestra dignidad, este proyecto es a largo plazo y si no lo logramos nosotros lo conseguirán las generaciones venideras”.


¿Qué cambios en la biodiversidad han notado desde la fundación de la comunidad?

Cuando nosotros llegamos era un basural por todo el predio; al iniciar a construir las casitas en las que nos alojamos por donde quiera encontrábamos pañales desechables, era mucha basura; empezamos a hacer letrinas para nuestras necesidades, sin embargo, el olor era mucho. Comenzamos, entonces, a trabajar los baños secos, una cubeta con tierra, provisionalmente eso disminuyo los olores; de igual manera, con las brigadas de limpieza general disminuimos la basura que había.

Aquí cuando llegamos estaba árido, era una tierra que tenía poco árbol y eso se debía a que había mucha quema y a que nos era muy difícil regar arbolitos en tiempo de secas; incluso, y como consecuencia, en esos primeros años hubo algunas casas que se quemaron por las quemas y esas quemas acababan con los arboles pequeños ya que la lumbre los arrasaba.  Al empezar a evitar las quemas, al contar con cisternas de ferrocemento y comenzar a comprender cada vez más la importancia de los árboles, éstos comenzaron a crecer, ahora ya hay muchos arbolitos que han podido desarrollarse; la reforestación que hemos hecho también ha servido para contar con más pulmones de aire natural, contar con un clima menos caluroso y espacios sombreados y frescos. Claro, lo que se ha logrado ha sido muy a pesar de los que se ostentan como supuestos dueños, pues, por ejemplo, hace una año hubo la oferta de la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA) para reforestar una hectárea, sin embargo, los susodichos especuladores se opusieron y echaron abajo el acuerdo de Asamblea que destinaba ese terrero para tal cosa. También, cuando llegamos había compañeros que tumbaban bastantes árboles hasta que en una Asamblea se les paró, pues eso afectaba a la biodiversidad.

Ahora sentimos que vivimos privilegiados, ya que podemos disfrutar de frutas que nuestros árboles frutales dan y de sombra que ellos u otros nos proporcionan. El aire que respiramos regularmente es limpio y fresco, excepto cuando los vientos vienen del noreste, ya que en esa parte está instalada la empresa papelera y los olores que desprende son verdaderamente terribles. Hay menos calor, el efecto de las heladas ha disminuido y sentimos menos agresivos los vientos.

Cuando comenzamos a juntar la basura estaba el problema de que toda la que recogíamos se quemaba pareja, y eso era muy perjudicial para la Madre Tierra y para nosotros/as; ahora, nos hemos planteado no quemar basura, y aunque aún hay compañeros que no entienden y que, incluso algunos traen la basura de su trabajo y la queman en nuestra comunidad, la mayoría ya no lo hacemos. Lo mismo sucedía con las quemas de milpa, casi todos quemábamos antes de sembrar; ahora ya no, lo hacen algunos, la mayoría no. En consecuencia, el territorio de nuestra comunidad se observa limpio de desechos y son escasos los incendios.

Antes nos cambiaban de lote a cada rato y eso nos obligaba a remover piedra en cada lugar donde llegábamos y con esto dañábamos la composición del suelo, lo cual afectaba  al manantial y a la fauna existente; hay gente de la que se dice dueña que sigue sacando piedra. La mayoría de nosotros/as ya no lo hemos hecho.

Antes nos íbamos a lavar a la laguna, ahora y con el proyecto de captación de aguas pluviales a través de cisternas, hemos aprendido que eso contamina el agua.  Antes había pájaros que llegaban de la laguna y empezaban a quitar la fibra de vidrio para hacer sus nidos, ahora ya no lo hacen, lo cual ilustra el cambio positivo que estamos generando en la biodiversidad. Además, existen muchos tipos de aves y nos hemos encargado de no molestarles.

Hay, también, más limpieza en la laguna, tanto porque ya no vamos a lavar a ella como porque impulsamos faenas continuamente a fin de conservarla. De la misma manera, ha aumentado el zapote prieto, el cual estaba ya en peligro de extinción; había 16 árboles de esa especie cuando llegamos, comenzamos a cuidarlo y darle mantenimiento –en coordinación con la UNAM- y ya para el año antepasado se contaron 230 plantas de ese árbol frutal endémico de la zona.



[1] Ojo, el Secretario de Actas seguía siendo Carlos Girón, uno de esos especuladores de tierra.