viernes, 31 de mayo de 2013

COMUNIDAD/COL. ECOLÓGICA JARDINES DE LA MINTZITA
El 15 de diciembre de 1972, en Estocolmo, Suecia, por acuerdo de la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se estableció el 5 de junio como día mundial del “Medio Ambiente”; la finalidad, según esos gobernantes, es contribuir a sensibilizar a la población respecto a los temas ambientales.
Más que “temas ambientales” se trata de la crisis ambiental la cual constituye, desde hace unas décadas atrás, una evidente amenaza de autodestrucción de la humanidad, pues el planeta entero está a punto de colapsar. Aunque es una realidad que medio mundo reconoce, pocos la atienden, es decir, pocos nos tomamos el tiempo y los riesgos de hacer algo para evitar el colapso planetario. Los movimientos sociales que han emergido a partir de esa problemática han contribuido a construir esa sensibilidad de la que hablan los gobernantes, al mismo tiempo que han ejercido presión sobre éstos para que la atiendan. Festejar un día el “Medio Ambiente”  y olvidarse de él los restantes 364 días del año es una práctica social que está en perfecta armonía con el ser irresponsable que los gobiernos y las empresas promueven cotidiana y mundialmente.
No es necesario mencionar algunos datos duros para intentar mostrar la magnitud del problema. Baste recordar el bombardeo mediático y melodramático que han dado al tema los señores del poder y del dinero, para darse cuenta que el problema parece escapar de las manos de estos traficantes de la vida y la muerte. Es reconocido a los cuatro vientos que más del 80% de los suelos boscosos y selváticos han sido destruidos; es sabido por los más que la mayor parte de agua dulce que existe en el planeta es mal usada, mal distribuida, sobre-explotada y contaminada. De pocos es desconocido que los agro-tóxicos y agroquímicos han destruido la mayor parte de suelos vírgenes y fértiles del planeta; también se sabe que el uso de esos productos, junto con los desechos de las empresas y las ciudades, ha contaminado suelos, agua y atmósfera.
Ahora está de moda hablar de -calentamiento global-, el cual obedece al efecto invernadero; la tala irracional y absolutamente irresponsable de la vegetación del planeta, sumada a la irresponsable y cada vez mayor descarga de desechos industriales y motrices, posibilitan la formación de una capa de gases en la atmósfera, la cual evita la salida del calor que generan los rayos solares. También está de moda hablar de crisis hídrica, pero al igual que el tema anterior casi nadie quiere hablar de las causas profundas y determinantes que la generan. La explosión demográfica del siglo XX y el modo de estar en el mundo, urbano e industrial, junto con la agroindustria, están conduciendo al planeta a un callejón sin salida. Si para principios del siglo XX eran solo algunas ciudades en todo el mundo las que sobrepasaban el millón de habitantes, para finales del mismo siglo y a principios del XXI existían más de 300 ciudades que superaban esa cantidad de población y más de 20 que sobrepasaron los 10 millones de personas. Formidable pretexto para los mercaderes y traficantes del mundo, quienes usaron este y otros pretextos a mediados del siglo XX para vender una “revolución verde”, la cual elevó en algunos casos y sólo temporalmente la producción agrícola, al mismo tiempo que aceleró la destrucción de suelos y el abuso y contaminación del agua y el aire. Se habla de que en nuestros días la agroindustria ocupa casi el 70% del agua dulce disponible en el mundo, mientras que la industria absorbe el 20 y el consumo humano el restante 10%.
Pero el modo de estar en el mundo, el urbano, no sólo participa de la crisis ambiental y de la crisis hídrica por el crecimiento demográfico, sino por el cambio radical de uso de suelo, el modo de edificar la vivienda y los edificios, y el modo de estar y de consumir irresponsables.
Tanto las ciudades como las casas modernas típicas están separadas del mundo natural y de sus leyes más elementales. Por un lado, los materiales que se han utilizado para construirlas, como el cemento y el acero, son recursos no renovables que son extraídos de la tierra sin considerar las consecuencias para los ecosistemas… se destruyen los suelos, los hábitats y los seres vivos, y se invierte una enorme cantidad de energía en el proceso de extracción, transformación y transporte. Por otro lado, las casas y los edificios son diseñados sin tomar en consideración las funciones ecológicas que podrían desempeñar. No captan el agua de lluvia ni permiten que se filtre al subsuelo, no absorben el calor de los rayos solares sino que lo reflejan contribuyendo al calentamiento global, y no reciclan sus residuos. La ciudad y la casa modernas se asemejan a una célula de cáncer, que consume recursos del exterior (agua, electricidad, recursos naturales) y solamente produce basura, substancias contaminantes y aguas negras. Rompen de este modo la ley del retorno e interrumpen los ciclos naturales que permiten la continuidad de la vida en el planeta.
Las empresas y los gobiernos son parte medular del problema, pero también somos parte de él quienes con nuestras perspectivas de vida “cómoda”, moderna le llaman también, contribuimos a que este modo de estar continúe asesinando el planeta y autodestruyéndonos a nosotros/as mismos/as. Gracias a que la mayoría de la gente del planeta reproduce el espejismo de la modernidad, el señor Kapital, dueño de lo que queda de nuestra Madre Tierra, sigue devastando y carcomiéndonos. 

Nosotros/as, personas humildes y procedentes de comunidades campesinas e indígenas, llegamos a la
ciudad dañadas por esa modernidad capitalista, buscando el norte prometido y encontramos todo lo contrario, soledad, miseria, muerte, devastación y tristeza. Pero Llegamos a un lugar, el territorio de la princesa Mintzita, y estando allí comenzamos a destruir la venda de nuestros ojos y corazones, y empezamos a comprender el grave error en el que estábamos. Nos dimos cuenta que habíamos llegado a un territorio en el que se encuentra uno de los manantiales (laguna y humedal al mismo tiempo) más importantes del estado de Michoacán, el de la Mintzita, el cual para el año 2012 proveía ya el 43% de agua que consume la ciudad de Morelia. Empezamos a entender que era necesario apostarle  a la vida, que era necesario plantearnos cambiar nuestra perspectiva y comenzar a vivir de un modo respetuoso con nuestros semejantes y con la Madre Tierra, con mucha voluntad y poco dinero. Decidimos dar inicio a la construcción de una propuesta que pudiera servir de referente para otros/as y para quienes diseñan el crecimiento de las ciudades. Así, en 2003 decidimos que nuestra colonia sería ecológica, y que principiaríamos una lucha de defensa del manantial (laguna/humedal) La Mintzita.
A la distancia de 10 años de aquel acuerdo hemos avanzado, poco pero lo hemos hecho. Por ejemplo, casi todas las familias cuentan con sanitario ecológico y sistema de cosecha de aguas pluviales. Varias familias cuentan con sus huertos familiares y animalitos de traspatio; algunas familias trabajan ya las diversas ecotecnias como estufa patzari, filtros hechizos para limpiar sus aguas jabonosas o grises, calentadores solares, entre otros. También, hay familias cuyas viviendas las han construido con materiales de la región y no convencionales, y, en el 2012 construimos una casa comunal de bajareque, como muestra del tipo de viviendas que queremos y deseamos.
Sin embargo, en esta resistencia enfrentamos muchos y diversos enemigos, de varios tamaños, sabores y colores. Uno de ellos es la urbanización salvaje, es decir, enfrentamos al grupo de especuladores de tierra, liderados por Bladimir Cortés Dimas –alías el manino-, el cual pretende apoderarse del territorio con el fin de lucrar con él. Ellos tenían el plan de vender y/o rentar al mejor postor, tanto para urbanizar como para asentar un negocio ecoturístico de grandes proporciones (parque ecoturístico, que seguramente incluye restaurants, hoteles, campos de golf, fraccionamientos residenciales, tiendas de “servicios”, etc.) Desde hace más de dos años 15 familias asentadas en la Colonia Ecológica Jardines de la Mintzita decidimos enfrentarlos y defender el territorio y el manantial. Lo hemos hecho por la vía legal y la denuncia pública, ellos han respondido con amenazas, agresiones, despojo de muebles e inmuebles, cierre de calles y lugares comunales, venta de lotes y una serie de acciones ilegales. También, y de modo destacado, promueven entre sus seguidores y clientes la construcción de vivienda y edificios con materiales convencionales.

 
Ante los gobiernos y las dependencias gubernamentales responsables del cuidado del medio ambiente y de proporcionar seguridad a los/as ciudadanos/as hemos denunciado esas acciones ilegales y a sus responsables. De ellos, los gobiernos, hemos encontrado indiferencia interesada y acciones que favorecen a los especuladores de tierra; para los gobiernos los criminales no son ellos, los especuladores de tierra, sino nosotros/as.
Ante tal panorama creemos necesario y urgente convocarlos/as a un espacio de reflexión y acuerdo, cuya eje de los mismos sea el de la defensa del agua y del territorio frente a la sociedad del lucro, urbana e industrial. Dado que para nosotros/as la lucha por la defensa de la vida y de nuestra Madre Tierra es día a día, segundo a segundo de los 365 días del año, y considerando que las fechas que acuerdan los poderosos para encubrir sus prácticas destructivas en todo caso constituyen, para nosotros, momentos en los que podemos hacer un alto para reflexionar-nos,  los/as invitamos al primer Foro en Defensa del Agua y del Territorio ¡Alto a la urbanización salvaje!, a realizarse el próximo domingo, 09 de junio del año en curso, en la Casa Comunal de Bajareque de la Colonia Ecológica Jardines de la Mintzita, bajo el siguiente orden:
9:30  Registro
10:00 Importancia ecológica del territorio de la Mintzita y las amenazas que lo acechan
11:20 Mesas de Trabajo
14:30 Plenaria
17:00 Cierre del Foro (intervención artística de la Colonia Ecológica Jardines de la Mintzita)
Los/as esperamos. Puedes llevar algo para compartir y, te encargamos lleves tu plato, vaso y cuchara.
“La Tierra no nos pertenece, nosotros/as pertenecemos a ella”


COMUNIDAD/COL. ECOLÓGICA JARDINES DE LA MINTZITA